Vándalos dañaron el reloj histórico Municipal

 Manuel Martínez/ San Cristóbal de Las Casas, Chiapas; 2 de Agosto del 2016.-  El reloj histórico del antiguo Palacio Municipal de San Cristóbal de Las Casas, fue dañado durante los últimos actos vandálicos registrados en el edificio, informó el responsable del cuidado de esta obra, Martín Santiago.

En entrevista, explicó que las personas que se manifestaron el pasado 20 del mes de julio, forzaron los martillos, rompiendo las dos cuerdas de acero del reloj, por lo que tendrá que ser arreglado para que vuelva a funcionar.

Señaló que los manifestantes confundieron los cables del reloj al intentar tocar la campaña del edificio del Antiguo Palacio Municipal que está siendo restaurado para museo de la ciudad.

El responsable del cuidado del reloj, informó que de lo ocurrido ya tienen conocimiento las autoridades, entre ellas las del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para su intervención.

Cabe señalar que un grupo de vándalos provocaron el pasado 20 de julio daños cuantiosos en el edificio de Palacio Municipal que está siendo restaurado para Museo, y saquearon dos tiendas Oxxo ubicadas en el Centro Histórico de esta ciudad, tras el desalojo violento ocurrido horas antes, en el bloqueo que mantenía el magisterio en el kilómetro 46 de la carretera de cuota San Cristóbal de Las Casas-Tuxtla Gutiérrez.

El reloj, su manufactura y características.

De acuerdo a datos del Anuario 2008 del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica, los documentos que anteceden proporcionan una breve noticia de la adquisición de dicho reloj, pero no dan cuenta de las características y origen de esta pieza.

Indica que el histórico reloj fue fabricado en el año de 1881 por el relojero Johan Friedrich Weule, famoso en el arte de la relojería desde 1836, en la ciudad de Bockenen de distrito de Hidesheim en Sajonia baja.

Su manufactura se verifica con la inscripción que se halla en la escritura interna de su maquinaría, la cual tiene la leyenda Jf Weule in Bockenem 1881.

Alemania junto con Francia, Italia y Suiza fue en el siglo XIX uno de los primeros países importadores y constructores de relojes, la influencia suiza en los sajones fue determinante en este oficio de allí que la manufactura de sus piezas fuera muy demandada y apreciada.

Los datos históricos mencionan que como es bien sabido, el edificio de la Presidencia no se había construido cuando llegó el reloj a la entonces capital del Estado, y por esa razón fue colocado en la Torre Mudéjar del Templo de la Encarnación (hoy nuestra Señora del Carmen) donde permaneció por espacio de ocho años , en dicho lugar estuvo el viejo hospital civil que se le conoció con los nombres de San Juan de Dios y Caridad.

Precisa el documento, que el 7 de marzo de 1863 fue incendiado el vetusto inmueble del Cabildo por las huestes del faccioso Juan Ortega, y a partir de ese momento el Ayuntamiento ocupo diversos sitios hasta que a finales de 1884 se inicio la edificación del palacio de poderes que ocupo varios años en construirse parcialmente, pues solo se logró edificar el frontispicio del proyecto que contempla un edificio de cuatro corredores.

Concluida la fachada del edificio de la Presidencia Municipal, en el año de 1891 se mandó trasladar dicho reloj a su sitio actual.

Desde 1890 los hermanos Sinforoso y Mariano N. Ruiz Suasnavar celebraron contrato con el entonces jefe político Wilevaldo Vives, para el cuidado y mantenimiento de esa pieza que al ser colocada en su nuevo espacio por lo inconveniente del lugar, implicaba molestias, contratiempo y más trabajo para los hermanos Ruiz, quienes desde el mes de julio de 1893, se les había dejado de pagar los cinco pesos mensuales que la corporación municipal de dicho año acordó cubrirles.

Colocado en su sitio definitivo el reloj siguió rigiendo la vida de la ciudad con su monótona marcha anunciaba con sonoras campanadas el transcurrir ineluctable del tiempo y sin deterioro notable.


Pero a sus 40 años de vida , una leyenda refiere que en plena época revolucionaria, un personaje que se reputaba como francotirador llamado Víctor Victoria, haciendo alarde de sus destrezas se situó en el Cerro del Barrio de Guadalupe y aseguró que haría blanco en el centro de dicho reloj. Se dice que disparó con un máuser haciendo tiro certero.


Otra versión refiere que cuando estaba asediando al general Alberto Pineda se disparó en el objetivo desde una avioneta que sobrevolaba la ciudad y que antes había lanzado un explosivo en la casa de dicho general.

El documento da a conocer una relación de 68 nombres de personas que cooperaron económicamente con 1, 2, 5, 25 y 75 pesos, para la adquisición del reloj, destacando el nombre de Felipe Molinari, quien no dio nada.

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