Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de Las Casas, Chis., 5 de agosto.— En medio de exigencias de que se haga justicia, esta tarde fue sepultada en Comitán, Nadia Vera Pérez, asesinada el pasado viernes en el Distrito Federal junto con el fotógrafo Rubén Espinosa y tres mujeres más.
“Ojala que su muerte sea un parte aguas para que la gente cambie, para que exista un poco de conciencia, para ver que hay gente que puede morir con sus ideales”, afirmó su padre Efraín Vera, al agradecer a los asistentes al entierro que tuvo lugar en el panteón municipal.
“Gracias a Dios que mi hija será un bastión para cambiar un poco el mundo. Era muy niña (...) gracias todos (…) las cosas buenas no se pueden acabar. Era una hermosa niña y simplemente nos la mataron. Va a pasar el tiempo para que cierre esta herida (…) esto va a crecer más lejos; va a crecer más allá porque ella era buena”, agregó.
La carroza fúnebre con el cuerpo de Vera Pérez, quien formó parte del movimiento estudiantil YoSoy132 en Xalapa, Veracruz, salió a las 12:45 horas de la funeraria en la que fue velado, acompañado por cientos de personas.
Poco antes se realizó un acto que incluyó la lectura de poemas; su hermano Chanty, quien llegó esta mañana de Europa, le leyó un texto.
En una de las cartulinas colocadas frente a la carroza se leía: "Mi país es un campo de amapolas, regado con la púrpura savia de los jóvenes".
Familiares y amigos que acompañaron el cortejo, corearon: "Nadia vive, la lucha sigue", "no has muerto camarada" y “justicia”.
Una vez que el cadáver fue sepultado, muchos de los asistentes al sepelio colocaron sobre la tumba flores y rosas de diferentes colores y corearon: “Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar por un México nuevo que nos dé la paz”.
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